Más educación, menos balas





"La bala" es el track número cinco del álbum "Entren los que quieran", lanzado en 2010, y correspondiente a la banda puertorriqueña Calle 13. Este disco se lanzó con la discográfica Sony Music Latin, y fue la última vez que la banda estuvo acompañada por este sello.


El cantante, René Pérez Joglar (Residente), junto a Eduardo Cabra (Visitante), le dieron vida a una letra que en 4 minutos y 54 segundos, plasma las injusticias y violencias que azotan constantemente a los seres humanos. En una base ligera de gangsta rap, critica sin vueltas ni piedad, la violencia que sin límites, segundo a segundo, busca apoderarse del mundo.


La letra, que fue traducida a nueve idiomas, tiene como protagonista a una bala. Desde el inicio se detalla de manera muy precisa el momento en que se dispara hasta la consecuencia que eso genera. De hecho, en toda la canción, se remarca el contexto, las causas y las consecuencias del acto de disparar.


Por otra parte, el clip de este tema se presentó en 2013. Fue dirigido por el cineasta colombiano, Simón Brand, y también contó con la participación de un equipo de directores y videógrafos de distintas nacionalidades, que incluyeron once escenarios: Alemania, Argentina, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Israel, México, Países Bajos y Puerto Rico.


En la duración del video, se puede ver a las personas en el momento exacto en que son impactadas por una bala invisible, que en microfragmentos de segundos, no perdona raza, religión, ni sexo. Sólo tiene un propósito: matar.


La bala, nunca, se da por vencida.
Si no mata hoy, al menos deja una herida.


Cuando el escenario es Buenos Aires, se exponen carteles que recuerdan la muerte de Mariano Ferreyra, la muerte de Luciano Arruga, exigiendo la aparición de Jorge Julio López y exclaman por la memoria de Hugo Miedan, estudiante de arquitectura secuestrado por la última dictadura cívico-militar.


Hay quienes asesinan y no dan la cara, el rico da la orden y el pobre la dispara.


Este clip, también contó el apoyo de UNICEF, para crear conciencia sobre el problema que va en aumento respecto al uso de armas de fuego, y que tiene involucrado a los niños envueltos en la pobreza más cruda.


Puerto Rico tiene niveles altísimos de pobreza. En el período que va de 2009-2013, alcanzó el porcentaje más alto en comparación con todas las jurisdicciones de Estados Unidos. En esos cinco años, el 57% de los niños, niñas y jóvenes estaba bajo la línea de una pobreza estremecedora.


Sería inaccesible el que alguien te mate,
si cada bala costara lo que cuesta un yate.


En 2011, América Latina y el Caribe obtuvo las tasas mundiales más altas en crimen y violencia. Un estudio realizado por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, estimó que en 2010, las muertes ocurridas anualmente fueron 468.000, y de ese total, el 31% ocurrieron en continente americano. También, en ese mismo estudio, se demostró un vínculo fuerte entre el crimen violento y el desarrollo: el crimen provoca desarrollo humano y económico pobres, eso que a su vez, promueve el crimen.


Hay poca educación, hay muchos cartuchos.
Cuando se lee poco, se dispara mucho.


El mensaje es claro: educar es el único medio para erradicar la violencia.


El mismo Residente lo dice: el diálogo destruye cualquier situación macabra, antes de usar balas, disparo con palabras. Pero, para que llegue de manera sólida, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia creó junto a la banda, un logo en donde se plasmó una bala que al girarla, se convierte en un lápiz. Según el mismo René, no fue fácil el proceso de encontrar un punto en común para comunicar dos conceptos tan opuestos en una misma imagen: violencia y educación.


La realidad que plasma esta canción sigue vigente hoy. Según los registros en la Policía de Puerto Rico, se indica que hay 210.438 armas de fuego registradas en ciudadanos. Y es más, también existen talleres gratuitos para orientarse acerca de un uso correcto de las armas de fuego. Ese taller, está dirigido a niños de entre 7 y 20 años. Queda en evidencia, que las autoridades de Puerto Rico buscan trasladar conocimientos sobre la utilización de armas a los niños y no erradicarlas de sus manos. Si los hechos son funcionales a que el sistema funcione bien, no hay nada para cambiar.


Hay poca gente buena, por eso hay muchas balas.

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